martes, 8 de diciembre de 2020

Feliz Cumpleaños

09/12/2020 00:00

Muchas felicidades, amor, ojalá poder estar ahora mismo contigo haciendo que soples unas velas para comenzar tu día pidiendo un deseo, después irnos a dormir abrazados y pasar todo el día entre mimos, una mantita y vernos una o dos películas. Sería un plan perfecto para el frío que hacer pero, como hablamos el otro día, a veces hay que escuchar a la cabeza para que el corazón pueda disfrutar más adelante. Pero, que te quede aún más claro, ni una pandemia está pudiendo con nosotros. Podemos con todo. Valencia y Barcelona estás mucho más cerca de lo que nos marcan los mapas.

Me encantaría poder decirte cuantos días hay en la cuenta atrás para vernos pero, todavía no lo sé, habrá que esperar un poco más. Te prometo que se hará corta la espera y que valdrá la pena. 

Gracias por todo lo que haces por mi, por lo que me cuidas y esos detalles que tienes conmigo. Por saber qué decir y hacer en cada momento, por estar y quedarte siempre. No te haces a la idea de la suerte que tengo de tenerte en mi vida. 

No soy capaz de expresar todo lo que siento y de lo mucho que te quiero. Dos palabras no son suficientes pero es que ninguna cantidad lo es. Por seguir hablando en cada momento, por las videollamadas, las risas y las conversaciones a las tantas de la noche. Por dormir abrazados, por hacernos cosquillitas y por cuidarnos mutuamente si nos encontramos mal. Por seguir siendo tú y yo, por querernos, por no rendirnos.

Por todo. Te amo.

Cuídate, que nos debemos una vida juntos.

martes, 11 de agosto de 2020

Que bonita Valencia de tu mano

 359km fueron durante mucho tiempo lo que nos separaban y, durante todo un fin de semana, eran 0cm lo que ponía distancia entre tú y yo. Hace ya tres años que te escribí que Barcelona era más bonita de tu lado, ahora mismo puedo decirte que Valencia también es más bonita de tu mano.

Sé que esto no va a ser lo mismo que despertarnos en la misma cama, que me abraces y después nos miremos a los ojos en el medio de las almohadas mientras me paso media hora acariciándote el pelo, la barba y tú me das besos por toda la carita. Sé de sobra que no es lo mismo, pero espero que lo recuerdes tan bien como yo y que lo sientas en este momento.

Luego te volveré a echar de menos cuando salga a la calle y me dé cuenta que no vas a darme la mano, vas a abrazarme o a darme un beso sin avisar. Cuando vuelva a ser consciente que esta noche no vamos a entrar por la misma puerta y a dormir en la misma cama.

Ahora no sé qué hacer con tantos recuerdos de tan poco tiempo, como seguir sin sonreír al pensar en todos ellos o evitando que no caiga una lagrima por no estar viviéndolo de nuevo.

¿Cuál es la fórmula para hacer que algo sea eterno y no hagan falta despedidas? Ahora toca volver a vivir una larga espera para volver a vernos pronto. 

Se han quedado nuestros secretos en las calles, en los bancos donde hemos entrelazado las manos y en la cama donde hemos dormido abrazados. 


                  


"A ti y a mí nos sobran las ciudades, amor.

Sabes que somos dos compuestos inestables,

no pueden definirnos ni entendernos,

nos llaman la pareja interminable, ay, amor."

- Marwan


lunes, 6 de julio de 2020

Vienes, vuelves, te vas


Vienes, vuelves, te vas.
Decides que es hora de quedarte,
decides que es hora de marcharte.

Hablas,
Quieres quererme
y quieres que te quiera.

Hablas,
Quieres marcharte
y que vuelva a esperarte.

No vuelvo a esperarte,
sí vuelvo a quererte.

Tal vez irme
duela menos que quedarme.

Tal vez marcharme
sea la solución
para este nuestro desastre.

Ahora dices quererme.
Suplicas que me quede,
que no me marche
pero ya es tarde.

Hice las maletas
para emprender mi viaje
y, tus recuerdos,
no están dentro del equipaje.

domingo, 31 de mayo de 2020

Tormenta y huracán


Una tormenta. Es lo que provocan cada una de tus palabras. No sé en que momento has llegado con esa intensidad pero sólo puedo dejar que pases. ¿Y si en verdad estaba deseando que llegaras? Me has pillado totalmente desprevenida en la calle y no tengo pensado aceptar el paraguas que me hará evitarte.

Un terremoto. Eso es lo que eres tú. Un temblor cada vez que volvemos a hablarnos, cada vez que apareces, cada vez que tu nombre decide pasear por mi mente. ¿Qué hago ahora que ya llegaste y tus replicas son constantes? No sé si los cimientos de mi vida están preparados para soportar este temblor. Yo no voy a hacer nada para reforzarlos y tú vas a hacer de todo para que se derrumben.

Un huracán. Así es como deberían de definirte. Nadie tiene ni idea de lo que llegas a provocar hasta que te pasas por allí. ¿Qué hago ahora que comienzas a llegar? No me has dado tiempo para irme de la que va a ser la zona cero. Sabes que tu llegada va a provocar muchos estragos y yo sé que no voy a hacer nada para evitarlos.

Un tsunami.  Así es como tendrían que llamarte. Te veo venir pero no puedo evitarte. Correré pero estoy segura de que vas a atraparme. ¿Cómo hago para que esta sensación deje de ahogarme? No creo que sobreviva a esto sin saber nadar porque sé que tú no me vas a salvar.

miércoles, 1 de enero de 2020

1 de enero

1 de enero, la primera carta que te dedico este año, ojalá pudiera prometer que es la última pero, ya sabes, no eres tan fácil de olvidar. Aunque echo de menos cómo era yo contigo más que tu presencia por casa, abrazándome por la espalda y besando mi nuca. Qué coño, no puedo engañarte, claro que no consigo olvidarme de cómo era verte semidesnudo en nuestro salón, el sofá todavía tiene el olor a tu colonia. El frasco sigue estando en el baño.

Ojalá te lo hubiera llevado, antes de dormir la huelo para soñar que sigues aquí, pero dejo que sea pesadilla al ver que tu cepillo de dientes no comparte tarro con el mío.

¿Me echas de menos? Mejor no contestes. No estoy preparada para volver a escuchar tu voz sin llorarte.

1 de enero y te sigo escribiendo. Pensaba que mi propósito para este año iba a ser olvidarte pero, a veces, se me olvida con el recuerdo de tus besos que ahora solo traen sabor a despedida. ¿Y tú? ¿Has encontrado otros brazos que te salven cuando saltas? ¿Quién te deja que seas medio ‘Fiera’?

Sí, claro que recuerdo tu canción. Cada uno de sus acordes hace un nudo al corazón. ¿Y tú? ¿Sigues escuchando esa que nombrabas para referirte a mí? ¿Sigo siendo tu pequeña ‘De las dudas infinitas’? ¿Sigues esperando mientras vivas?

1 de enero, tengo claro que no esperas. Tengo claro que toqué cielo contigo, pero no soy capaz de aceptar que va siendo hora de curarme las heridas.

sábado, 2 de noviembre de 2019

Tu nombre

Aunque tú no lo sepas, o quieras ignorarlo, te sigo recordando en cada domingo que despierto de resaca en el sofá, pero ninguna tan mala como la que tenía tras la borrachera de ti y de mí. Es hora de ser sincera contigo: no he vuelto a dormir en mi cama desde que decidiste marcharte. Es una condena tu olor entre las sábanas y sentir tu tacto por toda la habitación. 

A veces, me despierto en camas ajenas que sufren mi abandono con la llegada de la primera luz de la mañana. No recuerdo la mayoría de nombres de quien se tumbaba a mi lado tras finalizar aquel show en el que, algunas actuaciones, eran mejores que otras. Hay a quienes les dieron un Óscar, hay con quién tuve que terminar escribiendo un monólogo.

¿Juan?¿María?¿Carles? Apenas recuerdo las frases típicas que salían de sus bocas tras cada instante de locura. Seguro que alguno de sus nombres empezaban por Z y otros tantos terminaban por A, pero ninguno resonaba como el tuyo.

Seguro que no te preguntas si alguien llevaba tu nombre, pero te diré que rechacé a todas las personas que se presentaban con esa combinación de letras. La verdad es que sigo con miedo a echarme a llorar al gritarlo de nuevo. 

miércoles, 9 de octubre de 2019

La penúltima vez que nos escriba


Mi vida estaba en calma hasta que llegaste tú. Ahora tengo que ver como ese principio es sólo un recuerdo y toca escribirle un final a esta historia que merece ser recordada, aunque trate de olvidar para que deje de doler.

Lo he decidido. Ya está. Esta será la penúltima vez que nos escriba, será la antepenúltima vez que relate todas esas promesas que van a llegar a su olvido. Esta será la quinta vez que termine un folio con tu nombre y será la primera que lo tire a algún rincón donde sea la última vez que lo vea.

Prometimos volar y no dejarnos marchar, imaginamos todo un futuro de la mano pero ahora es el momento de soltarnos. Ya no habrá tinta que refleje nuestro reino. Será menos doloroso que dejarnos ir a ver como, todo lo que construimos, lo destruimos en una guerra que no será entre las sábanas.

Apaga la luz, cariño, no estoy preparada para ver cómo te marchas. Tus sueños no nos incluyen y ya sólo te encuentre en mi pasado. Cierra la puerta, amor, pero no hagas ruido. No me despiertes de este sueño eterno donde aún compartimos habitación. Cielo, olvídame y no vuelvas a llamarme. No tengo fuerza de voluntad y ya sabes que tu voz es mi debilidad.